Discretamente escondida en el follaje, la curruca capirotada regresa de la migración a partir de marzo, emitiendo su dulce canto en parques y bosques.
Aunque nos extrañe, es una de las aves más abundantes en Europa. El macho tiene la parte superior de la cabeza negra, mientras que la parte superior de la hembra es marrón. Su pico delgado nos indica que se alimenta principalmente de insectos y bayas.
Después de criar una o dos crías, las currucas capirotadas abandonan sus sitios de nidificación en septiembre y octubre para pasar el invierno en el Mediterráneo. Sin embargo, el cambio climático y el aumento de la alimentación en los jardines en invierno está favoreciendo la selección de nuevos sitios de invernación, particularmente en Gran Bretaña. Los investigadores también han podido descubrir el nacimiento de una nueva ruta migratoria utilizada por las currucas capirotadas alemanas, que ahora lleva a algunas hasta Gran Bretaña en lugar de su destino habitual en España y Portugal.
Para tener la oportunidad de observarlas en tu jardín en invierno, las manzanas pueden facilitarlo, ya que son particularmente populares en su alimentación.